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Lo fácil no lleva al éxito

¿Exigimos a nuestros hijos?

¿Hemos hecho una generación más esforzada?

¿Los padres son exigentes con los hijos?

¿Los hijos obedecen a los padres?

 

Si no es así estamos formando una generación debilitada.

La obediencia como valor tiene que darse en todos los ámbitos.

Cierto que el concepto de obediencia ha cambiado.  La obediencia es más dialogada, es más participativa para llegar al consenso.  Pero siempre la obediencia exige cumplimiento y renuncia.

Los extremos son malos, ni impositivos ni dejar hacer, pero el trabajo tiene que darse.

El trabajo como una manera de realizarse, de progresar y de ser útil.

Los padres y los profesores tenemos que lograr una generación más generosa, más interesada y más comprometida.

 

Sin trabajo, sin esfuerzo no existe éxito.

 

Lic. Vicente Chapero García.