PRIMER ENCUENTRO CON LOS ALUMNOS Y ALUMNAS
Después de 3 años sin vernos físicamente fue un encuentro maravilloso, excepcional, lleno de gratas impresiones de alegría y júbilo. Fue un encuentro expectante y contrastante, teníamos sentimientos encontrados, queríamos manifestar nuestras emociones de afecto y cariño pero teníamos unas normas que nos impedían realizar lo que el corazón nos decía.
Buenos momentos para mantener la estabilidad ante este dilema: SÍ, PERO NO.
Muchas emociones contenidas, afecto reprimido, muchos alumnos con ojitos entre máscaras, alumnos identificados pero con nombre olvidados, profesores confundidos por cómo manejar la situación de amigos desconocidos y de más con el nombre olvidado.¿Cómo te llamas? ¡Púchica! ¡Perdona! ¡Cómo estás de grande! ¡Cómo has cambiado! Después de 3 años, niños que ahora son jóvenes, niñas que son señoritas. Los jóvenes enormes, algunos con pelo largo.
También el temor y el miedo estaban latentes. Que sensación e impresión tan novedosa. ¡Cómo han cambiado! ¡Cómo han crecido! ¡Esto es impresionante! Unos flacos y otros más gorditos.
De repente una alumna dejándose llevar por el cariño me abraza y me dice: “Lo quiero mucho, mi mamá lo quiere mucho también”, le respondo con agradable sorpresa ¡yo también los quiero mucho!
Paso por primaria y lo encuentro a todos y todas felices, inquietos y alegres en esta nueva realidad. Las maestras me indican que alguna niña me quiere abrazar, les di mi abrazo con cariño. Me agradó mucho porque para un niño o niña es un gesto que manifiesta un deseo de dar cariño, es un gesto de acogida y bondad. Por la confianza y cariño pueda vencer el temor de romper las normas.
Me llenó de ternura el gesto de mi niño de Kínder, paso yo a su lado y estaba haciendo un trabajo manual, me mira y me dice: “¿Me ayuda?” Uno queda anonadado por el cariño escondido y reprimido en el corazoncito de tanto niño y niña. Qué hermoso que hemos empezado aunque sea en burbujas.
Espero que esta realidad pronto sea total para bien de la educación.
Vicente Chapero García.