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DAR SENTIDO A LA VIDA (II)

La primera fuerza motivante del hombre es la lucha por encontrar sentido a su propia vida.    El hombre se inventa a sí mismo.   Concibe su propia esencia.    Sin embargo nosotros no inventamos el sentido de la vida, nosotros lo vamos descubriendo.  

Nosotros no necesitamos realmente vivir sin tensiones, sino esforzarnos y luchar por una meta o una misión que merezca la pena.   Nosotros como hombres no deberíamos cuestionarnos sobre el sentido de la vida, sino comprender que la vida nos interroga a todos nosotros.    Todo hombre inventa a sí mismo.    Convive su propia esencia, es decir convive lo que es en esencia, incluso lo que debería o tendría que ser.   Nosotros hombres la descubrimos y le damos sentido a nuestra vida.

La libertad del hombre para elegir entre aceptar o rechazar una oportunidad que la vida le plantea o la libertad para complementar un determinado sentido.   Cuánto más se olvida uno de sí mismo al entregarse a una causa o a una persona amada, más hermano se vuelve y más perfecciona sus capacidades.    Ser hombre significa trascenderse a sí mismo.    La esencia de la existencia humana yace en su trascendencia y ordenado hacia algo o alguien.

El amor es el único camino para arribar a lo más profundo de la personalidad de un hombre.  Nadie es conocedor de la esencia de otro ser humano si no lo ama.  Mediante el amor, la persona que ama posibilita al amado la actualización de sus potencialidades ocultas.  El amor es un fenómeno tan primario como el sexo.   Normalmente el sexo es una forma de expresar el amor.   El amor no se entiende como un mero efecto secundario del sexo, sino que el sexo se considera un medio para expresar la experiencia de una fusión absoluta que es el amor.

Un cauce para encontrarle un  sentido a la vida es a través del sufrimiento.  El valor no reside en el sufrimiento en sí, sino en la actitud frente al sufrimiento, en nuestra actitud para soportar ese sufrimiento.   El sufrimiento dejar de ser sufrimiento en cierto modo, en cuanto encuentras un sentido, como suele  ser el sufrimiento.

La logoterapia mantiene el principio que la preocupación primordial del hombre no es gozar del placer o evitar el dolor, sino buscarle un sentido a la vida. Siempre que ese sufrimiento atesore un sentido.   La psicoterapia tiende a restaurar en la persona la capacidad para el trabajo  y para disfrutar de la vida.

Mi filosofía de la higiene mental y enfatizo la idea de que las personas deberían ser felices como principio vital  siempre y constantemente como actitud.  Por ello la infelicidad resultaría un síntoma de desajuste.    A veces la existencia no permite desempeñar un trabajo profesional o disfrutar de la vida.  El sentido de la vida es de carácter incondicional pues incluye también el sentido potencial de un sufrimiento.

El hombre no está absolutamente condicionado o determinado; al contrario, es él quien decide o cede ante determinadas circunstancias o si resiste frente a ellas.   El hombre no se limita a existir, sino que decide cómo será su existencia.   El hombre se trasciende a sí mismo.

La libertad no es la última palabra.  La libertad es una parte de la historia y la mitad de la verdad de la vida.   La libertad es la cara negativa, la cara positiva es la responsabilidad.

 

Dr.  Vicente Chapero G.