Un psicólogo de la Universidad de Stanford, ideó un experimento sencillo pero difícil de cumplir para comprobar la capacidad de autocontrol de niños entre 4 y 6 años de edad. El investigador dio a los pequeños una instrucción muy sencilla. “Pueden comer el chocolate si quieres, pero si esperan quince minutos y no se lo comen, yo les daré otro más.” El investigador abandonó la sala y dejó a los niños solos en la sala, podía verlos a través de una pantalla oculta. Aproximadamente 1/3 de ellos superó el reto gracias a un esfuerzo grande de autocontrol. El experimento pone de manifiesto lo difícil que es para el cerebro del niño ejercer el autocontrol. El lóbulo frontal asume el control absoluto para dominar la parte emocional e intuitivo del cerebro y combatir la frustración y el hambre.

Para hacer ese autocontrol el lóbulo frontal consume cantidad de glucosa. Cuanto más tiempo evita tomar la glucosa más y más azúcar demanda el cerebro y convierte el juego en una lucha de fuerzas extenuante. La realidad es que ejercen un autocontrol difícil para el cerebro de los niños. Requiere un entrenamiento a lo largo de la vida. Los niños que demostraron más autocontrol en preescolar, tuvieron mejores resultados académicos en el período escolar.

Conclusión: Cuando mayor es la capacidad de autocontrol del niño, mayores serán sus logros académicos y su integración social.

Vicente Chapero G.