DISFRUTEMOS EDUCANDO
Para el educador, la educación ejercida de manera virtual pierde aquella relación interpersonal llena de afecto y emociones. Aún con estas situaciones que empobrece la educación momentáneamente, disfrutemos educando padres y maestros.
Tanto ser padres como maestros es mucho más que una responsabilidad, personalmente lo considero un gran privilegio.
Los padres y maestros no podemos parar toda la vida con cara triste cuando pensamos que es un sacrificio y no ponemos la atención en la belleza de ver crecer, emocionarse y amar a un niño. Entonces disfrutemos y nos hará cambiar a los adultos. Por eso estar con el niño es para ayudarle a desarrollar sus capacidades emocionales y cognitivas. Durante los primeros años de la vida los padres y los maestros somos los que más influimos en su maduración.
Siempre con aquella pedagogía humanista y feliz. Sin presiones, sino a través del juego disfrutando todo lo que hacen. El niño durante los primeros años percibe el modo y la vida completamente diferente a nosotros. Más que todo lo ve a través del juego, las emociones y el afecto. El juego es clave para apoyar el desarrollo emocional e intelectual.
El cerebro del niño está diseñado para aprender a través del juego. Cuando jugamos con el niño, entramos en contacto emocionalmente con él. Cuando un niño juega es capaz de ponerse en contacto con el compañero, con los papás y actuar con mayor inteligencia y madurez de su propia edad. El juego expande su mente como ninguna otra actividad.
Sí, jugar con tu hijo o alumno, el niño y tú se sentirán felices porque te has acercado a su mando de emociones y de juego.
Padres y maestros si tienen hijos pequeños, hagámonos niños para disfrutar de forma privilegiada el afecto y el amor de sus hijos. Como abuelo los nietos despiertan en mí una emoción única. Po sus gestos de cariño, su alegría sincera y su inocencia se conectan de una manera directa con aquel niño que fui y que soy.
Vicente Chapero García.