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SER PROFESOR CON ALEGRÍA Y ESPERANZA

Mi  vida ha estado constantemente involucrada en la misión educativa.   Desde  1953 a 2020.  Son 67 años.

Profesor en distintas naciones, distintas visiones políticas, éticas y morales.   Siempre la realicé y realizo con mucha alegría y esperanza.

Siempre ha existido una  relación entre la alegría necesaria para mí y para la actividad educativa y la esperanza.   La esperanza de que profesor y alumno debemos quitar obstáculos para que reine la alegría.

La esperanza firme como parte de la naturaleza humana que va unida a la búsqueda de la verdad.  La búsqueda de la verdad con esperanza,    La desesperanza sería un atropello a mi vocación de educador.  La esperanza en un condicionante indispensable en mi labor docente.  Sin esperanza no habría historia en mi vida, sino un determinismo.

Yo, Vicente Chapero, soy  un ser de la esperanza que por  X motivos me rebelé  contra normas que no me dejaban  crecer.   Tuve  que cambiar de lugar, de nación, de estado civil, pero no mi vocación de educador.   Luché y lucho por un futuro mejor con la esperanza siempre de ser más eficiente.

Tenía y tengo derecho a sentir pena, tenía que rebelarme porque vivo la historia y no soy determinista.

Mi justa ira se fundó y se funda en mi rebeldía frente a la negación de ser uno más.

La historia ratifica que las decisiones contra la negación de las personas y las obediencias fundadas en caprichos fueron altamente positivas para la realización de mi persona y de la obra  educativa.

Sin esta rebeldía no sería yo el fundador y realizador de una obra educativa.  

“Liceo Chapero”  obra educativa profunda en valores de alegría y esperanza cuyo lema es “La motivación clave del aprendizaje”.

Vicente Chapero G.