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JESÚS UN MAESTRO DE VIDA. Por Vicente Chapero García

 

¿Qué  tendría  Jesús en vida cuando las multitudes le seguían?

¿Qué carisma tendría  Jesús  que su persona atraía a todo tipo de gente?

¿Qué empatía tenía con la gente más necesitada, con los desposeídos?

El humanismo tan acrecentado en su trato, en querer a los enfermos.

¿Qué radar poseía que detectaba la gente que necesitaba comprensión, atención y más amor?

Por eso señalo con vehemencia que nos fijemos y enfoquemos a Jesús como Maestro de vida  y mayormente nos cuestiona a nosotros que por vocación somos  maestros.

Jesús en su vida fue el Maestro de maestros, un Maestro con aquel gran sentido del humanismo.

Quizá lo hemos divinizado tanto que  se nos perdió  la gran imagen de  Jesús  humano entre los humanos.

Ahora, en esta Semana Santa que no tenemos ni  ritos,  ni procesiones, ni  Vía Crucis, pensamos más en cómo vivir como Jesús.

Prefiero ser como un Jesús en vida, con todos sus atributos y virtudes humanas, a un Jesús doloroso, con rostro agonizante, un Jesús martirizado por los que no le quisieron.

Prefiero a un Jesús que muere por defender la verdad cuando predica y que se muere denunciando ante Pilatos aquellos gobernantes, aquellos políticos mentirosos, corruptos e injustos.

Este Jesús necesitamos para que la Iglesia sea un Iglesia con valores humanos, que defienda a los más desposeídos y que denuncie la corrupción y clame a Dios por la justicia.

Por eso el Papa Francisco nos dice constantemente con su humanismo que volvamos a Jesús.

Otra Iglesia es posible para que el mundo sea más humano y más justo sobre todo con los pobres.   Esta es la Iglesia viva y no ritualista que se conforma con oficios de Semana Santa y que nunca llega a la Resurrección.

Esa religión tradicional de dolor que nos trajeron los conquistadores porque era la visión de la Edad Media, pero hoy necesitamos otra mentalidad más encarnada, más humana, más parecida a la vida de Jesús.

Ahora que tenemos esta pandemia sin cultos, sin procesiones, necesitamos hacer el cambio, no  llorando a Jesús muerto, sino  llevando a  Jesús Resucitado  a  las vidas de todo Cristiano y especialmente ser  justos  y  solidarios  con los más desfavorecidos.

Vicente  Chapero García