La órbita de nuestro pensamiento y emociones giran alrededor del problema del Coronavirus.

Esto nos atormenta con pensamientos ansiosos. El  pensar que no hay solución para el problema y nos inquieta por tanta muerte.

Nuestras emociones están encarceladas, nuestra autoestima decrece y nuestra alegría disminuye. El himno que cantan y  al que debemos sumarnos es  ¡RESISTIRÉ!, que nos levanta el ánimo y nos inyecta fuerza.

Busquemos algo que nos haga más felices y que nos nutra psíquicamente.

Alimentar nuestra personalidad con sabiduría y darnos aquella tranquilidad que necesitamos en los momentos difíciles.

Necesitamos soñar siempre que nuestra vida siga siendo el gran tesoro que debemos vivirlo como hasta ahora.   Como un jardín de sueños.

En este momento estamos como paralizados en nuestras emociones, que no se paralice nuestra inteligencia y nuestra voluntad de líderes constructores de una vida exitosa.

El verdadero optimismo que siempre hemos tenido, será el mismo enfrentándonos al problema que tenemos.

Con el optimismo que produce nuestro cerebro tenemos posibilidades de no padecer enfermedades emocionales y psíquicas.

No tener miedo de la vida que se nos presenta con esta debilidad que será vencida-

No nos encerremos en nosotros mismos, que siga el deseo de trabajar, de vivir, con este optimismo  sólido.

No al pesimismo que es el cáncer del cerebro.  Sí a la vida y una vida plena de tranquilidad, de emociones positivas y de voluntad firme.

Eso  es  tener  FÉ  en la vida y ESPERANZA en los hombres que buscamos siempre el amor en nuestra vida.

Vicente Chapero G.